La Habana, Cuba. – Una vez que los navegantes españoles llegaron al territorio cubano con la espada y la cruz, allá por el lejano siglo XV, comenzó el proceso de conquista que trajo aparejado la creación de asentamientos urbanos. El libro que les comento hoy “Las primeras villas de Cuba” publicado por la Editorial Polymita en el año 2008 trata sobre las primeras villas que los ibéricos fundaron en la isla más bella que ojos han visto al recorrerla desde el Naciente al Poniente. El texto se debe a la pluma de Alicia García Santana y las fotografías son de Julio A. Larramendi.

Alicia García Santana es graduada en letras en la Universidad Central de Las Villas, Marta Abreu. Se ha dedicado al estudio y conservación del patrimonio arquitectónico cubano. Fue directora del Centro Histórico Urbano de Trinidad. Laboró en la dirección de patrimonio cultural del Ministerio de Cultura. Atendió la realización del inventario nacional de monumentos. Fue la redactora principal del texto presentado a la Unesco para la declaración de Trinidad como Patrimonio de la Humanidad.

Julio A. Larramendi Joa, se graduó como técnico medio en química en la Unión Soviética y posteriormente como licenciado y doctor en esa ciencia en la Universidad de La Habana. Comenzó su vida laboral en un laboratorio especializado en fotografía técnica y científica. Desde 1997 se dedica de manera profesional a la fotografía.

La presentación del libro, a cargo nada más y nada menos que del historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, destaca la coherencia de un discurso integrador de las circunstancias y el devenir de esas urbes esenciales para entender la formación del ser nacional. El lector encontrará en él una monografía muy completa, donde se entremezclan el arte del buen decir -que nos descubre una sensibilidad exquisita y regala una lectura fluida y agradable-, la exploración detallada del entorno arquitectónico y el repaso de las causas y condiciones que propiciaron el desarrollo de Baracoa, Bayamo, Trinidad, Sancti Spíritus, La Habana, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba, y como un elemento novedoso, la hermosa San Juan de los Remedios.

Llevar a buen puerto este proyecto debe haber sido complejo, tener de forma resumida la historia de cada ciudad durante 500 años, considerando el contexto histórico, la arquitectura religiosa, civil, doméstica. vernácula e industrial, así como su patrimonio intangible. Se destacan en Baracoa, su ambiente natural y el encuentro étnico; en Bayamo, el traslado al interior del territorio, su prosperidad hasta el siglo XVIII, su trazado de relativa regularidad, las iglesias y el incendio de 1869, que la convierte en ciudad mártir, en el caso de Santiago de Cuba el espectacular emplazamiento de la primera capital de Cuba en lo profundo de una bahía con el paisaje de fondo de las montañas más altas de la isla, sus contactos con la Jamaica británica y el Haití francés, su traza regular desde la fundación en 1514, su plaza cuadrada con iglesias y cabildos, la casa del Adelantado como fuerte-morada, la tradición constructiva hispano-mudéjar en la vivienda y las iglesias, y el conflicto de esa tradición con la modernidad neoclásica de orígenes varios, la reconstrucción luego del terremoto de 1766.

Cada uno de los nueve capítulos aparece- ilustrado con mapas y grabados de época y fotografías que captan de manera perfecta el contenido que se desea transmitir. Por su contenido didáctico y accesible el volumen se ha convertido ya en referencia imprescindible de la historiografía vernácula.

Aquí termino se acerca la fiesta d finde año, Ah, recuerden si me ven por ahí me saludan.