La Habana, Cuba. – Pedagoga, periodista, oradora e innata organizadora, Clara Zetkin convocó sin descansos a la lucha y a la emancipación en artículos, folletos y llamamientos; Vladimir Ilich Lenin la llamó: Fiel puntal de la clase obrera.

La revolucionaria destacó en el Partido Comunista Alemán después de la Primera Guerra Mundial, en su postura a favor del socialismo, del feminismo -del cual es precursora-, y de la paz mundial.

Fue diputada en el Reichstag, al que ingresó con 63 años e imputó enérgica la ideología de Adolfo Hitler, fue presidenta de la Tercera Internacional y, en el exilio ruso, asumió el liderazgo de la Junta Internacional de Mujeres.

El 20 de junio de 1933 murió la alemana Clara Zetkin, mujer de bella y serena voz y existencia admirable; fue en las cercanías de Moscú, y las murallas del Kremlin la acogieron para la última estancia.

Marzo para todos los tiempos

Durante la segunda Conferencia de Mujeres Socialistas, en el Copenhague de 1910, la alemana Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.

Fue apoyada por más de 100 delegadas en representación de 17 países, unidas por los ideales de igualdad de las personas, más allá de su sexo, y por ganar el derecho de las féminas al voto.

En su largo hacer está la participación en la fundación de la Segunda Internacional, y el apoyo decisivo en políticas sobre la mujer, la lucha por la igualdad de derechos y el derecho al voto.

De ella son los libros Recuerdos de Lenin y La cuestión femenina y la lucha contra el reformismo, y fue editora del diario La igualdad, donde denunció la desigualdad de las mujeres en Alemania. Llamada la “abuela del comunismo alemán”, Clara Zetkin mereció las órdenes Lenin y la Bandera Roja.