Por: Yaylen Rodríguez Lamothe

El proceso de consulta del Proyecto de Constitución, que se desarrolla en Cuba desde el 13 de agosto y que se extenderá hasta mediados de noviembre involucra a toda la población.

Tomar parte en un evento político trascendental como la redacción de la Carta Magna de una nación es un privilegio que brinda el Estado Cubano a todos los ciudadanos, quienes, a su vez, conscientes de la importancia de este proceso, participan de manera activa y masivamente en las reuniones.

Es una oportunidad de ser escuchados y de que su opinión se tenga en cuenta para adoptar los significativos cambios que se suscitarán en el país a partir de la aprobación de la Nueva Ley de Leyes.

Cada cual sobre la base del respeto y el bienestar social, tiene la oportunidad de adicionar, modificar, suprimir o esclarecer dudas para conformar la redacción del texto que se someterá a Referéndum popular, toda vez que sea analizado de nuevo por la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Ser partícipes del futuro

El texto Constitucional que nacerá del debate colectivo, debe ser representativo del ahora y el futuro de Cuba, sin olvidar nunca el pasado.

Por eso las reuniones que se desarrollan en barrios y centros laborales, tienen, por obligación, que ser  profundas y con sustanciales planteamientos que interioricen en la verdadera esencia del proceso.

Ningún revolucionario puede darse el lujo de ser superficial ante la oportunidad de involucrarse en la redacción de la nueva Ley de Leyes.

Es necesario interiorizar en sus 224 artículos para no centrarse solamente en determinados aspectos en detrimento de otros que sí requieren de medulares y oportunas opiniones para que el país marche, también desde su constitución, por donde va el mundo.

Por eso no desaproveche la oportunidad de velar por el mañana, contribuya para que esta constitución sea un éxito colectivo.