La Habana, Cuba. – Aun cuando Cuba ha denunciado los desafíos de su bloqueada economía, el recrudecimiento con nuevas y sistemáticas sanciones ha persistido, haciendo de las medidas coercitivas unilaterales una violación flagrante de los derechos humanos.
Sueños de progreso como país se han visto truncados por más de 60 años. Como Cuba, otras naciones cuyo ejemplo de autodeterminación parece infundir miedo al imperio, han sido víctimas también de esa violencia.
El mundo lo sabe, y así lo reconoció en junio pasado, al declarar, en la Asamblea General de la ONU, el cuatro de diciembre como Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales, de modo que sirva la fecha no solo para denunciar ese crimen, sino también para demandar su cese inmediato y promover alternativas que prioricen a los pueblos por encima de los intereses geopolíticos.