La Habana, Cuba. – La hazaña de la liberación de Angola, la independencia de Namibia y la derrota del apartheid fascista a manos de combatientes cubanos significaron contundentes argumentos que fortalecieron la conciencia de los pueblos africanos avasallados por el imperialismo yanqui y sus satélites.

Ese fue el resultado de la Operación Carlota, nombre en clave de la más justa, prolongada, masiva y exitosa campaña militar internacionalista de nuestro país, como expresara el General de Ejército Raúl Castro.

Fue el homenaje a la negra lucumí Carlota, de la dotación del ingenio matancero Triunvirato, que en 1843 encabezó uno de los muchos alzamientos contra la esclavitud en Cuba y ofrendó su vida.

Han pasado 45 años del inicio de la Operación Carlota y el tributo a esos mártires y héroes se perpetúa.

Una lección ejemplar

En 1975 el imperio, en desvergonzada alianza con Sudáfrica y Zaire, intentaba arrebatar la victoria de Angola y su presidente Agostinho Neto, líder del Movimiento Popular de Liberación de Angola.

Éste solicitó ayuda a Cuba y se desencadenó la lucha. Las victorias en Sumbe, Canfamba, Cuito Cuanavale, entre otros, ejemplifican la heroicidad de los cubanos por la liberación de Angola mediante la Operación Carlota.

El imperialismo, como afirmó Raúl, No pudo alcanzar sus propósitos de desmembrar Angola y escamotear su independencia. Lo impidió la heroica y larga lucha de los pueblos de Angola y de Cuba.

Hoy, cuando el imperialismo yanqui, en complicidad con gobiernos sumisos de otras naciones, intentan imponer su hegemonismo, la Operación Carlota se mantiene como paradigma en la lucha por la dignidad de los pueblos. 

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