Granma, Cuba. – En el homenaje en Bayamo a Carlos Manuel de Céspedes por los 147 años de su caída en combate, se ratificó que su sacrificio no fue estéril, y su esfuerzo gigantesco preparó la conciencia de nuestra nación para retos futuros.

El tributo al patricio aconteció en la primera Plaza cubana de la Revolución, que él denominó así al partir hacia la manigua, junto a los bayameses que quemaron su ciudad antes de que cayera en manos de superiores fuerzas españolas.

Al Padre de la Patria se dedicó la ceremonia de izamiento de la bandera cubana y la de Céspedes, y se situaron ofrendas florales en las bases de la estatua del iniciador de nuestras luchas libertarias y del busto de Perucho Figueredo, autor del Himno Nacional.

Los asistentes al tributo a Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, reafirmaron el Patria o Muerte, expresado por Fidel  y el Morir por la patria es vivir, del himno de Bayamo.

La nación siempre preservada

En la Plaza de la Revolución y en el momento de su mayor gloria al iniciar nuestras luchas libertarias, Carlos Manuel de Céspedes, gritó Independencia o Muerte, afirmó Ludín Fonseca, historiador de Bayamo.

El historiador de esa ciudad habló en el tributo a Céspedes por los 147años de  su caída en combate, y recordó que el patricio le demostró al colonialismo español que no había entendimiento sin emancipación.

Apuntó que los que llevan de Céspedes el amor a Cuba y a la independencia nacional, son hombres y mujeres de Patria o Muerte, y reafirman que la cultura y nuestra nación serán preservadas inmaculadas ante cualquier intento anexionista.

El historiador de Bayamo, afirmó que la imagen de Céspedes ante las actuales generaciones de cubanos, evoca el mismo respeto y admiración que despertó en quienes lo secundaron al iniciar la Revolución.