Foto/ Radio Rebelde

Los nacidos después de 1976 -año del proceso de consulta popular que permitió aprobar la Constitución vigente-, no tenemos referencia de ejercicios de debate del proyecto de Carta Magna como los que hoy se viven en barrios y centros laborales.

La actual reforma constitucional resulta la oportunidad para ejercer la condición de ciudadanos y ser partícipes de cambios trascendentales a partir del análisis del documento.

Contribuir en la construcción colectiva del actual Proyecto de Constitución es deber de todos para lograr que resulte un texto inclusivo, en el cual se refrende el criterio de la mayoría, que además le corresponde cumplir la nueva Ley de Leyes resultante y velar porque otros lo hagan.

El paso trascendental que vivimos ahora se trata de un ejercicio de aportación que exige de lecturas inteligentes y exhaustivas.

Por una consulta popular efectiva

Cada persona, ahora devenida en constituyentista, debe leer el proyecto, estudiarlo, e informarse de antecedentes de ese proceso en el mundo, conocer es clave para que la consulta popular resulte efectiva y elaborar una letra que concilie voluntades.

Discrepar en las reuniones no es negativo, plantear dudas, mucho menos, adicionar, suprimir o modificar es una oportunidad de cada cubano dentro o fuera del país, siempre que se haga con responsabilidad, con propuestas claras y precisas.

Los planteamientos emanados en esas reuniones conformarán el futuro texto definitivo que verá nuevamente la Asamblea Nacional del Poder Popular y que someteremos a referéndum.

A la hora de opinar se puede hablar de todo, más en la práctica muchos debates se han centrado en determinados aspectos, desestimando otros temas trascendentales que deben ser abordados en toda su magnitud.