La Habana, Cuba. – La Bayamesa y el Himno Invasor, ejecutados por la banda municipal, se escucharon durante la travesía de Ana Cruz Agüero hasta su última morada, escoltada de pueblo y de un pelotón de ceremonias.

Fue el jueves 21 de enero de 1936, en Las Tunas, cuando la veterana de la Guerra de Independencia partió con 91 años, muchos servidos en las lides libertadoras, donde brilló como artillera, en el tiro con fusil y ante los mecanismos de los cañones.

Versada de la farmacopea campesina, la aplicó en hospitales de campaña bajo su mando, y por su labor en acciones directas contra el enemigo y en el cuidado de los insurrectos, el general José Manuel Capote le otorgó el grado de Capitana de Sanidad.

La tunera Ana Cruz Agüero había nacido el 26 de julio de 1840 en la finca Jesús María, en La Legua, hoy Bartlett.

A Cuba sólo deben gobernarla los cubanos

La historia de la tunera Ana Cruz Agüero transita por el patriotismo en los campos de batalla y los hospitales de campaña bajo su mando, pero también, por el dolor de perder a los dos hombres que amó.

Lucas Ortiz León, su primer esposo, murió de un disparo de bala en 1869 durante el asalto a la ciudad de Las Tunas; el segundo, alférez Pedro de la Cruz, falleció en 1903.

Mujer que se destacó en cada tarea encomendada por el ejército mambí, al terminar la guerra y presenciar la traición yanqui, manifestó: A Cuba solo deben gobernarla los cubanos.

Ana Cruz Agüero estuvo en desacuerdo con la intervención extranjera en los asuntos internos del país y durante el gobierno de Gerardo Machado colaboró con dinero para actividades que se realizaban en Las Tunas en contra del tirano.