La Habana, Cuba.- Con pasión se consagró José Martí a la causa de la independencia de Cuba, y en ese afán comprendió cuán imprescindible era un órgano político aglutinador de quienes se alistaban para la guerra necesaria.
Y así fue trabajando, sin descanso, con los clubes patrióticos de emigrados cubanos en Estados Unidos, y unificando ideas entre legendarios guerreros del 68 y las fuerzas renovadas al servicio de la Patria.
El 10 de abril de 1892 se proclamó la fundación del Partido Revolucionario Cubano, y a José Martí, su Delegado. Fue él quien redactó las bases y los estatutos de la organización, que contienen un programa político revolucionario y antiimperialista como parte de su estrategia emancipadora.
El partido es el pueblo cubano
José Martí fue el artífice del Partido Revolucionario Cubano, consciente de la importancia de la unidad para hacer avanzar definitivamente el proyecto hacia la independencia nacional y la forja de una república nueva.
«Nació uno, de todas partes a la vez», sentenció el Maestro en el periódico PATRIA. En la hora de la redención era necesaria una organización como ésa, con objetivos muy claros para conducir la guerra bajo una dirección única.
«El Partido Revolucionario Cubano es el pueblo cubano», dijo Martí. Y también lo es el Partido fundado por Fidel para llevar adelante la Revolución, inspirado en las enseñanzas del Apóstol y fiel a su llamado a la unidad.