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La Habana, Cuba. – Más de treinta días de ataques ininterrumpidos sobre Gaza, exhiben la incapacidad del sistema internacional de naciones para detener la masacre que amenaza convertirse en la peor infligida contra pueblo alguno en los tiempos recientes.

No ha podido conseguirse al menos la tregua humanitaria que demandó hace más de una semana la Asamblea General de la ONU, y el Consejo de Seguridad sigue sin un pronunciamiento que detenga a Israel gracias a la protección que le brinda Estados Unidos, y el derecho al veto.

Es una vergüenza para el mundo; mientras, el drama humanitario crece. Más de 10 mil palestinos han sido asesinados, entre ellos, más de 4 mil niños, y se incrementa la posibilidad de nuevas víctimas.

Las deplorables condiciones de una franja de territorio sin agua, alimentos, medicinas ni combustible, hace prever nuevas bajas entre la población asediada.

Tierra arrasada

Las acciones de Tel Aviv, que incrementa el despliegue terrestre, no reparan en nada. Refugios de desplazados y hasta hospitales son atacados impunemente, por lo que no existe un solo lugar seguro.

Datos de la oficina de prensa del Gobierno de Gaza y divulgados por la agencia Al Jazeera, dan cuenta del drama: los hospitales reciben aproximadamente un herido cada minuto y 15 cadáveres cada hora, y se estima que 6 niños y 5 mujeres mueren cada sesenta minutos como promedio. La mitad de los hospitales están fuera de servicio.

Se calcula que Israel ha lanzado unas 30 mil toneladas de explosivos, lo que representa unas 82 toneladas por kilómetro cuadrado. Cada vez hay más motivos para pensar con el titular de la ONU, Antonio Guterres: La pesadilla de Gaza, dijo, es más que una crisis humanitaria. Se trata de una crisis de la humanidad.

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