
Numerosas protestas se desarrollaron en Estados Unidos este jueves tras el anuncio de Donald Trump. Foto: BBC
Recién llegado de una gira que sonó más por las meteduras de pata que por la diplomacia, Donald Trump ahora decidió abandonar el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
Estados Unidos es el segundo emisor de gases de efecto invernadero, en un volumen que solo es superado por China, pero el díscolo presidente considera que todo es un invento de algunos científicos locos que, según él, le hacen la guerra al carbón.
El Acuerdo de París ha sido refrendado por 195 países, por lo que resulta difícil entender la posición del nuevo dueño de la Casa Blanca que desconoce los dañinos efectos de la contaminación sobre el clima mundial.
La modificación de las condiciones naturales, que cada día son más evidentes, pone en riesgo el futuro de la Humanidad, una amenaza colectiva ante la que no valdrá ni siquiera la riqueza de los más desarrollados.
De espaldas a la energía renovable

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este jueves que el país abandona el Acuerdo de París sobre cambio climático. Foto: BBC
Trump alega que Estados Unidos necesita reactivar la industria del carbón para generar nuevos empleos y por ese camino el Acuerdo de París sobre Cambio Climático es una camisa de fuerza que atenaza los planes presidenciales.
Sin embargo, olvida o esconde que esa industria ya no tiene mucho sentido, sobre todo por la veloz caída de los costos de fuentes de energía renovables, como el sol, el viento o las mareas.
El abandono por parte de Estados Unidos de los compromisos adoptados para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, abriría una peligrosa brecha en un pacto elaborado para defender el futuro de la Humanidad.
Reactivar la industria carbonífera estadounidense sería una grave amenaza al planeta, que solo serviría para cumplir los deseos de Trump de que sus sirvientes le cocinen con carbón.