La Habana, Cuba. – La victoria bolivariana en las presidenciales de este domingo ha significado la derrota de la derecha violenta en las urnas, lo que debe abrir en Venezuela una nueva etapa, que tendrá que ser de paz.
Más del 51 por ciento de los votos para Nicolás Maduro frente a un 44 por ciento obtenido por Edmundo González, el sustituto de María Corina Machado por la derechista Plataforma de la Unidad Democrática, constituye también un mensaje claro de la población venezolana a quienes desde afuera han intentado cuestionar la institucionalidad del país; un mensaje que debe ser escuchado, particularmente, por Estados Unidos, pues la mayoría de la población ha vuelto a demostrar por qué modelo de sociedad apuesta, pese a la guerra económica instaurada desde Washington mediante sanciones que ya es tiempo de levantar.
Triunfantes, pese a todo
Campañas de descrédito, pronunciamientos injerencistas y falsas acusaciones de fraude desde antes de las elecciones precedieron a estos comicios venezolanos -los más tensos de los tiempos recientes-, y todavía estaban latentes cuando el Consejo Nacional Electoral dada los resultados.
Sin embargo, la amplia participación, la transparencia y seguridad del sistema electoral y la actitud cívica de la ciudadanía que acudió en más de un 50 por ciento a las mesas de votación y sufragó en tranquilidad, frustraron los planes de sectores de la derecha de fomentar la violencia y sembrar el caos.
Paz, estabilidad, respeto a la ley y justicia anunció, poco después de conocerse la victoria, Maduro, quien ha anunciado un diálogo nacional.
Si todo el mundo escucha, la vida en la Venezuela agredida pudiera ser otra desde este día.