La Habana, Cuba. – La reelección de Vladimir Putin como presidente de Rusia, casi constatada cuando se había contabilizado poco más del 80 por ciento de los votos, no significa solo el respaldo al desempeño gubernamental de los últimos seis años.

Además, ratifica la confianza depositada en su política, y reconoce la resistencia en una coyuntura difícil como el extendido conflicto bélico con Ucrania: hay que seguir, y el pueblo ruso quiere que Putin continúe siendo el líder.

Observadores consideran como cifra récord el 87 por ciento de los sufragios contabilizados a su favor hasta hace unas horas, frente a otros tres candidatos.

Las razones principales están en la capacidad con que el país ha sorteado las medidas punitivas de Estados Unidos y Occidente mientras se mantiene imbatible en el ámbito militar, pese a la desproporcionada ayuda que Washington y Bruselas destinan a Kiev.

Voto por hoy y por mañana

Una economía que creció 3, 6 por ciento pese a la guerra y las sanciones, y avanzó más que las de otros vecinos de Europa o los propios Estados Unidos, constituye uno de los mayores logros en el mandato que culmina.

Pero el contundente resultado en las urnas es también un mensaje de cohesión y respaldo a la política liderada por Vladimir Putin que no debe ser obviado por los halcones de la OTAN y el Pentágono, en un momento en que la anunciada presencia de tropas de la Alianza Atlántica en Ucrania amenaza al país, y deja entrever la posibilidad de una extensión del conflicto que sería catastrófica.

Un cambio en la presidencia en medio de la guerra habría sido un pasaporte al caos que afectaría más allá de las fronteras, pues Rusia junto a China son también un pilar de la multipolaridad y contra las hegemonías.