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La Habana, Cuba. – La terca realidad económica vuelve a demostrar que no tiene compartimentos estancos y que lo que sucede en un área, siempre tiene reflejo en otra. Y ese traspaso se hace muy evidente por estos días, luego del anuncio de la próxima suspensión temporal del depósito de dólares en efectivo.

El efecto más superficial, pero que mejor se aprecia, está asociado a las aglomeraciones en los bancos para ingresar el dinero antes de que entre en vigor la decisión gubernamental. Por otro lado, en el mercado informal el dólar ha sufrido una importante caída, mientras el euro trepó con celeridad.

Y aunque las autoridades han sido claras en que la decisión no tiene un fin recaudatorio, ni antiinflacionario, por supuesto que de manera colateral hay un aumento inmediato de los depósitos y quizás también un efecto futuro sobre la inflación.

Regular el mercado

Lo cierto es que la suspensión temporal de los depósitos en dólares es una medida gubernamental legítima que responde a una situación objetiva real, porque los efectos del bloqueo son tan evidentes como el calor que por estos días nos agobia.

Ahora se evidencia que todavía hay una gran masa de efectivo en manos de algunas personas, obtenidas casi siempre por remesas. Por otro lado y presumiblemente, los flujos de entrada de divisas, principalmente en dólares, tampoco se detuvieron con la pandemia y por vías más o menos regulares siguió entrando dinero al país.

Esa decisión administrativa tendrá un impacto regulatorio secundario en un mercado sobre el que pende la amenaza de la especulación. Pero no nos adelantemos, porque todavía falta por ver lo que ocurrirá después del día 21.

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