La caída en combate del General Antonio Maceo aquel 7 de diciembre de 1896 fue una catástrofe para las fuerzas mambisas.

Ya faltaban José Martí, el organizador de la Guerra Necesaria, y el Titán de Bronce, brazo armado del Ejército Libertador y el fiel y leal combatiente por la causa de la liberación.

Esta circunstancia adversa no melló el valor ni las fuerzas para continuar la contienda por la que ya habían caído muchos hombres en plenitud de vida por el hecho de conquistar la libertad para los cubanos.

No es de asombrar que Fidel, otro hombre iluminado por las mismas razones sociales, un siglo después, retomara esos impulsos y trajera la soberanía patria y la justicia y dignidad para todos los cubanos. Hoy se unen en unidad de pensamiento y acción Martí, Maceo y Fidel.

Presente el legado de Maceo y Fidel

A 121 años de la caída en combate del Lugarteniente General Antonio Maceo, y a uno de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, un clamor de reafirmación y compromiso con la Patria envuelve a los todos cubanos.

Cuando el Líder de la Revolución enarbolaba las ideas de Baraguá en aquel juramento que dio una contundente y corajuda respuesta a los enemigos de la Revolución, de adentro y fuera, retomaba el coraje y la dignidad del Titán de Bronce en aquella célebre reunión con el español Martínez Campos.

No habrá concesiones, no se doblegarán los principios que nos han sostenido. La Revolución seguirá su paso arrollador con el legado maceísta

 

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