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La Habana, Cuba. – El anuncio del Departamento de Estado, este miércoles, acerca del otorgamiento de un nuevo alijo de armas y equipos a Ucrania, ha salvado del bache la reticencia que la administración demócrata de Joe Biden está encontrando en el Congreso, reacio a aprobar un presupuesto que contemple ayuda adicional a Kíev, y también a Israel y Taiwán.

No por justicia, sino por intereses partidistas, los legisladores republicanos exigen que en el mismo paquete se incluya financiamiento para detener la inmigración ilegal en la frontera con México. Eso había entrampado, hace días, el respaldo adicional que Ucrania está reclamando cuando se dice que necesita más armamento y municiones, y la OTAN expresa disposición a seguirla apoyando, pero naciones miembros hablan de que no es posible mantener el ritmo de asistencia sostenido hasta hoy.

Más, pero con advertencias

Un comunicado del Departamento de Estado fue el que dio a conocer la nueva asistencia bélica de Washington a Kíe. Aunque el texto recuerda al Congreso estadounidense que el respaldo a Ucrania frente a Rusia es un asunto de seguridad nacional, lo urge a actuar de inmediato y le alerta que, si no, será este uno de los últimos envíos.

También hay una clara advertencia a Ucrania cuando apunta que los recursos disponibles de Estados Unidos son limitados. De ellos, este paquete contempla hasta 175 millones de dólares en equipamiento militar y constituye el número 52 concedido a Ucrania desde febrero de 2022.

Esa política prolonga un conflicto al que todavía no se ve el final, y ha impedido una salida negociada. Quizá algunos en Estados Unidos y, sobre todo, en Europa, ahora lo estén lamentando.