El circo electoral estadounidense está otra vez de gira. Kamala Harris, la flamante vice presidenta, sin ser nombrada oficialmente, ya se comporta como la candidata demócrata que enfrentará a Donald Trump, el republicano que quiere volver a la Casa Blanca.
Después de la renuncia del medio turulato Joe Biden, la carrera por la presidencia adquirió muchos contrastes. Por un lado, Harris, ex fiscal, negra, hija de emigrantes y con 59 años mucho más joven que su rival, busca aglutinar a sectores liberales que saben de la nefasta posibilidad de que regrese al poder ejecutivo la ultraderecha que apoya a Trump.
En la otra trinchera, el ex mandatario, identificado como blanco, sajón y protestante, tiene 78 años y es el candidato presidencial más viejo de la historia estadounidense.
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El aborto, la emigración ilegal y la inflación deben ser los tres temas predominantes en el circo electoral estadounidense.
La demócrata y vice presidenta Kamala Harris tiene una posición favorable al derecho al aborto, aunque en los asuntos migratorios no ha tenido éxito, a pesar de ser hija de emigrantes y la encargada gubernamental de asumir ese tema.
De la inflación, arrastra a los problemas generados durante la Administración Biden. En la otra esquina, Trump se opone al aborto, trae un discurso muy duro hacia la emigración y critica con munición gruesa los resultados económicos del actual gobierno.
Pero el ex presidente es un delincuente juzgado, que tuvo que rendir cuentas ante la ley, por eso esta contienda electoral parece ser una pelea de la implacable fiscal contra el escurridizo convicto.