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La Habana, Cuba. – El incendio en Medio Oriente se expande, alimentado ahora por el objetivo del presidente estadounidense Donald Trump de golpear a Irán.

El empeño de Washington contra un país señalado como eje y motor de la resistencia antisraelí, quedó expresado en la advertencia del Jefe de la Casa Blanca de que ordenará un bombardeo «como nunca antes visto» sobre la nación persa, si esta no negocia su programa de desarrollo de la energía nuclear.

Teherán replicó advirtiendo sobre un fuerte contrataque, que pudiera ir dirigido a una decena de bases militares estadounidenses ubicadas dentro del radio de acción de sus misiles.

Aunque el alerta pudiera provocar una reacción más cauta de la Casa Blanca, lo cierto es que el lenguaje amenazante parece a punto de escalar otro nivel, y anuncia la peligrosa apertura de otro frente de guerra en la explosiva región.

Socios en el exterminio … para el dominio

Pareciera que el contubernio Israel-Estados Unidos percibe que es el momento de la arremetida final.

Con Tel Aviv asesinando impune en Gaza luego de un año y medio de asedio, y tras los golpes infligidos al movimiento palestino Hamas y al grupo libanés Hezbolá, Washington se concentra en castigar la osadía hutí y bombardea el norte de Yemen.

Los halcones pueden creer que el eje antisionista se ha debilitado. Irán, acusado de ser su líder y constituir una amenaza nuclear, está en la mirilla y sancionado por la potencia hace una década.

Un acuerdo para garantizar su producción nuclear con fines pacíficos fue tirado por Trump en 2018, durante su primer mandato, cuando lo abandonó.

Ahora Irán se niega a negociar bajo presión, y parece conminado a enfrentar lo que sería otra peligrosa arremetida bélica.