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La Habana, Cuba. – La criminal ofensiva de Israel contra Gaza sigue complicando el panorama en el Medio Oriente.

Los bombardeos de Estados Unidos y Gran Bretaña a zonas de Yemen donde se asientan los hutíes, no solo han sido infructuosos para detener los ataques con que esos rebeldes castigaban en el Mar Rojo a los barcos de Tel Aviv, a fin de entorpecer su guerra contra el pueblo palestino.

Ahora los hutíes atacan también a buques estadounidenses y británicos fundamentalmente, lo que pone en peligro el paso por aguas por donde transita buena parte del comercio mundial.

La situación ha desembocado en la Operación Aspides, lanzada por la Unión Europea y encabezada por Italia, y consistente en escoltar las embarcaciones comerciales del Viejo Continente con naves equipadas lo suficiente como para derribar presuntos drones o misiles lanzados contra sus mercantes.

Se suman actores al escenario bélico

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, califica la Operación Aspides («escudo» en griego) como «una acción audaz para proteger los intereses comerciales y de seguridad de la Unión Europea y la comunidad internacional»; pero esa misión muestra cómo otras regiones, incluso por vía indirecta, son arrastradas por las secuelas de la agresividad israelí contra los palestinos.

Cierto que por el Mar Rojo se mueve el 12 por ciento del comercio marítimo mundial y casi la mitad de las mercancías con destino a Europa, por lo que los problemas de navegación allí representarán un aumento en los precios de esos productos.

Pero la presencia de buques europeos que deben estar muy bien artillados para desempeñarse como escoltas de los mercantes, pudiera seguir sumando actores al escenario bélico, y extender la confrontación a límites insospechados.