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La Habana, Cuba. – El panorama político interno en Ecuador es noticia desde hace un buen tiempo. El presidente de derecha Guillermo Lasso estuvo a punto de ser congresionalmente demovido de su cargo acusado de jugadas corruptas.

Sin embargo, se asió de los mecanismos oficiales que permiten la disolución del poder legislativo por pretendida emergencia nacional, la convocatoria a elecciones en 90 días, y mientras, la posibilidad de gobernar por decreto.

Un paso que ha sido criticado y discutido en todos los entornos políticos nacionales, pero que al parecer está prevaleciendo.

No pocos lo ven como la forma de Lasso de tomar aire en medio de una baja absoluta de popularidad y los riesgos de un proceso legal en su contra. Pero además, cuenta con un margen de gobierno personal en que puede maniobrar.

Criterios y posibilidades

Hay que recordar que el mecanismo legal invocado por Guillermo Lasso para disolver el Congreso ecuatoriano fue un producto del gobierno progresista de la Revolución Ciudadana encabezada por el ex mandatario Rafael Correa.

No obstante, el banquero presidente ha hecho un uso discutible de la enmienda, aunque la necesaria convocatoria a comicios es una de las medidas que han venido exigiendo en estos meses las fuerzas populares locales.

Está claro que ahora Lasso intentará lavar al menos su imagen y gobernar a cuenta de decretos que favorezcan su tendencia política o se conviertan en demagogia para intentar sumar adeptos a sus sucesores en la línea neoliberal.

Y no pocos analistas hablan así, porque por lo visto y hecho, lo que ya está prevaleciendo en Ecuador es el tema eleccionario y todas las agrupaciones parecen adentrarse en esa ruta.