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La Habana, Cuba. – En los últimos 60 años, Cuba ha tenido una diplomacia muy activa, que supera por mucho a la actividad internacional de otros países, incluso de algunas potencias.

Durante los años duros del Periodo Especial, la presencia de nuestro país en el escenario global se incrementó de manera apreciable.

Ahora, cuando la nación vive otro momento de mucha complicación, las relaciones con el resto del mundo vuelven a cobrar un matiz especial. De ahí las constantes visitas de altos funcionarios de naciones como Rusia, Vietnam e Irán, por solo citar algunas, así como de las giras del primer ministro Manuel Marrero y ahora del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel.

Es fácil entender que en un contexto de crisis, y bajo el más duro apretón del bloqueo, el país necesita apelar a sus socios para hallar la mayor ayuda posible en lo político y en lo económico.

Diversificar lazos

Roma, Ciudad del Vaticano, París y Belgrado son las capitales que visitará Díaz-Canel, no solo en su calidad de presidente de la República, sino además como titular del Grupo de los 77 más China, a cuyo nombre participará en Francia en la Cumbre para un nuevo Pacto Financiero Mundial.

De seguro serán intensas jornadas durante las que trabajaremos para continuar impulsando y diversificando nuestros vínculos en pos del desarrollo de Cuba, explicó el presidente en Twitter.

Más allá de los vínculos políticos que se manifiestan, la gira tiene un componente económico para buscar nuevos socios o reactivar a otros en un momento en que el país está urgido de un reimpulso productivo.

Ese periplo trae a colación el pedido de Juan Pablo II, quien demandó que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba.

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