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La Habana, Cuba. – Hay consenso generalizado en que resulta un paso en la dirección correcta el reciente reinicio de la aceptación de cuentas en dólares por la banca nacional.

No es un secreto la falta de divisas que padece la economía cubana, carencia que se ha convertido en uno de los factores que impiden ponerle bridas a la inflación. Por eso, bancarizar nuevamente el billete verde ayuda a normalizar las relaciones monetarias y a captar una moneda necesaria para respaldar compras, inversiones y operaciones de diverso tipo, que nunca faltan en una economía abierta como la nuestra, que además trata de adaptarse a los tiempos.

Tener el dinero en el banco es lo más práctico y común en el mundo contemporáneo y nadie se escandaliza por el empleo que las instituciones financieras le dan a ese efectivo como parte de los pasivos de esos establecimientos.

Influir sobre el mercado

Desde hace tres años y medio, la dolarización parcial de la economía es una realidad con la que tenemos que convivir a lo largo y estrecho del país. Y desde junio de 2021 los bancos cubanos dejaron de aceptar dólares, una medida que ahora se modifica y que, entre otros impactos, influirá sobre el mercado cambiario informal y al mismo tiempo permitirá captar esa divisa por la vía de las tarjetas en MLC.

Ahora, como explicaba el exministro de Economía, José Luis Rodríguez, ese dinero se incorporará a los depósitos que ante una fluctuación, posibilitan al banco operar, independientemente de las conocidas dificultades que pueda tener para que se utilice dentro o fuera del país.

A mediano plazo habrá que ver cómo reacciona el mercado financiero nacional, ahora cuando el dólar regresa a los bancos.

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