La Habana, Cuba. – Con el presidente de facto Michel Temer acosado incluso por sus propios partidarios por graves actos de corrupción, cobra renovada validez la tesis planteda más de una vez en este espacio de Radio Reloj , acerca de que la derecha regional no es la alternativa para colocar a América Latina y el Caribe en una era de progreso, equilibrio y equidad.

Se trata de un segmento calado por la acidez de su espíritu elitista, el desprecio hacia sus propios pueblos, y una congénita inclinación al servilismo con relación a los poderosos intereses externos.

En Brasil, a pesar de haber logrado la ilegal destitución de la mandataria progresista, Dilma  Rousseff, estamos asistiendo a la reiteración de los pecados de una oligarquía que en solo unos meses ha hecho todo lo posible por maniatar al gigante sudamericano.

Un cambio posible

Michel Temer es a estas alturas un mandatario de facto totalmente desprestigiado, y es evidente que para la derecha local y sus socios foráneos resulta poco menos que inservible.

El asunto que está por dirimirse es si la oligarquía logra imponer la salida de Temer y la llegada a la presidencia de un sustituto apetecible, o si el pueblo conquista la realización de inmediatas elecciones generales, reclamo masivo por estos días en el gigante sudamericano.

La primera opción permitiría a la reacción ganar tiempo, mientras que con la segunda sería muy probable que la izquierda retornase al gobierno en la figura del expresidente Luis Ignacio Lula da Silva, que hoycuenta con un fuerte apoyo político de un pueblo harto del golpismo, del fraude, y sus nefastas consecuencias.