La Habana, Cuba. – Parecía que renunciar a ser parte de la iniciativa china de la Franja y la Ruta de la Seda, bastaría para que Panamá satisficiera las exigencias del inquilino de la Casa Blanca. Pero apenas cuatro días después de divulgarse esa concesión hecha por el presidente istmeño, José Raúl Mulino, ante el exigente jefe del Departamento de Estado, Marco Rubio, una nota de esa cartera ha afirmado que el Canal no cobraría más peajes a los buques de Estados Unidos.
?? ? Marco Rubio considera absurdo que su país pague derechos de tránsito en el canal de Panamá. pic.twitter.com/1lBqmNCH1d
— RT en Español (@ActualidadRT) February 7, 2025
El comunicado ha vuelto a complicar las cosas, porque tanto el Gobierno panameño como la Autoridad del Canal de Panamá, lo desmintieron rotundamente este jueves, y negaron la adopción de esa medida.
Los buques estadounidenses, aseguraron, no han sido exentos de pago. Por tal razón, Trump y su homólogo Mulino sostendrán la que seguro será una interesante entrevista telefónica, este viernes.
Otra medida de presión
La divulgación de un acuerdo que Panamá niega parece, más bien, «una activa» disparada desde el Departamento de Estado para conminar a las autoridades istmeñas a acatar lo que resultaría otra imposición, bajo la amenaza de Trump de reexaminar los Tratados Canaleros.
Para ello apelaría al principio de neutralidad contenido en los tratados, pues sería el único argumento legal para hacerlo. Pero la distancia de China tomada por el presidente Mulino, y su promesa de revisar las inversiones de dos empresas de la nación asiática en puertos de su país, debían satisfacer esa exigencia.
Pretender que los barcos de Estados Unidos atraviesen la vía gratuitamente, va más allá. Bien pudiera ser la búsqueda de otra justificación para arrebatarle a Panamá el control del Canal, o una nueva muestra de arrogancia y miserable prepotencia.