La Habana, Cuba. – A tono como se denunció oportunamente, un alto tribunal brasileño admitió por estos días la inocencia del expresidente Luís Inácio Lula da Silva ante los cargos por corrupción fabricados por sus enemigos políticos.

En efecto, este marzo el juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló las condenas contra el también líder del Partido de los Trabajadores impuestas por la sala de justicia del estado de Paraná, y relacionadas con la operación Lava Jato, sobre desvío y uso ilegal de recursos.

Lula, que siempre defendió su inocencia y cumplió estoicamente buena parte de la pena, podrá luego de esta decisión judicial aspirar a la jefatura de la nación, derecho que le fue privado en los comicios más recientes, donde fue electo el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Mala historia

Como se recuerda, la ofensiva derechista en Brasil derrocó en primera instancia a la presidenta Dilma Rousef mediante un golpe parlamentario.

Esa fue la antesala para que después el juez Sergio Moro, sin competencia legal alguna, pero con el apoyo de los enemigos de los sectores progresistas nacionales, abriera proceso y condenara a prisión a Luís Ignacio Lula da Silva por supuestos manejos corruptos, con el único propósito de hundir su elevado prestigio político y sacarlo de una vez por todas de la política local.

El proceso de demonización de Lula saboteó además su participación como candidato del Partido de los Trabajadores en las últimas elecciones que favorecieron al retrógrado Jair Bolsonaro.

Como se sabe, Lula ha sido el presidente de mayor respaldo popular en toda la historia brasileña.