La Habana, Cuba. – El sistema judicial argentino sigue penetrado por la injusticia y, lo que es peor, usado para hacer política sucia. Así lo demuestra el dictamen de la Cámara de Casación que acaba de ratificar la pena de 6 años de prisión para la expresidenta Cristina Fernández y su inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
Mas de 250 presidentes, expresidentes y dirigentes políticos del mundo se solidarizan con #CristinaFernández y denuncian lawfare por #CausaVialidad
“Expresamos nuestro absoluto rechazo a la persecución política, mediática y judicial a la que está siendo sometida la ex… pic.twitter.com/w6L64cBM2N
— David de la Paz ?? (@daviddelapaz) November 13, 2024
No hay que asustarse pensando que la expresidenta podría estar pronto tras las rejas. Según los expertos, los trámites que siguen a esa decisión, confirmatoria del dictamen emitido por los tribunales en septiembre de 2022, harán muy largo el proceso.
Pero tampoco se puede pasar por alto y menos confiarse. Se trata de una amenaza reiterada a la integridad de Cristina, perseguida por otros 5 procesos judiciales, de los cuales 3 fueron sobreseídos por falta de pruebas. Pero lo que más importa a quienes la criminalizan es acabar con su imagen política.
Lapidarla
El intento de asesinato sufrido hace dos años por la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, fue una muestra de hasta dónde puede llegar el daño de la satanización y el lenguaje de odio. no obstante, precisamente Cristina Fernández constituye hoy la única figura con prestigio y capacidad para aglutinar a las fuerzas progresistas y antineoliberales de su país, y restaurar la confianza en el peronismo que algunos pudieron perder, lo que explicó el triunfo de Javier Milei hace un año, con sus promesas de cambio.
Luego de su aparente retirada de la política, al rehusar presentarse en aquellos comicios, y el silencio con que siguió esos acontecimientos, Cristina ha vuelto a emerger como el emblema que es, con su reciente elección como presidenta del Partido Justicialista.
Vituperar contra ella y desacreditarla, es un intento por detenerla.