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La Habana, Cuba. – La Organización de Estados Americanos, la inefable OEA que dirige el uruguayo Luis Almagro, ha quedado en entredicho tras los recientes resultados electorales en Bolivia.

El Movimiento al Socialismo, la agrupación política del depuesto presidente Evo Morales, derrotó por nocao en la primera vuelta a una derecha golpista y racista que había llegado al poder con el respaldo expreso de la OEA.

Recordemos que en noviembre del pasado año, Evo fue sacado del poder y Almagro y sus acólitos certificaron la legitimidad de una extraña asonada que sumió al país en una profunda crisis política y económica.

Ha sido una etapa en la que Bolivia no solo perdió los avances del gobierno del MAS, sino que aparecieron reiterados escándalos de corrupción y se hizo habitual la represión armada y la persecución política.

El fraude de Almagro

Como si el contundente triunfo de la izquierda boliviana fuera poco descrédito para la OEA, el Tribunal Departamental de Justicia dejó sin efecto la acusación que pesaba contra el ex-presidente Evo Morales.

Entre otras voces, el propio Evo Morales pidió la renuncia de Luis Almagro, por considerar que su proceder al frente del Ministerio de Colonias abrió la puerta a la asonada del pasado año.

La denuncia del  exmandatario es respaldada por un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, que comparó las elecciones anuladas y las más recientes.

En todas las actas impugnadas por la OEA, los resultados fueron iguales e incluso se incrementaron respecto al año pasado, lo que confirma la ilegitimidad del informe y la responsabilidad de Almagro, quien volvió a quedar con las vergüenzas al aire.