Desde la esquina demócrata, Hillary Clinton acaba de subir oficialmente al ring electoral norteamericano para enfrentar a Donald Trump, un rival que en el argot deportivo puede ser considerado como “un eléctrico”, por las pocas posibilidades que se le dieron antes de comenzar la contienda.

A punto de cumplir 69 años, la ex Secretaria de Estado y ex senadora tiene muy cerca la posibilidad de convertirse en la primera mujer en sentarse en el Despacho Oval de la Casa Blanca, después de haber querido ser astronauta durante la adolescencia.

Todo depende ahora de los resultados del segundo martes de noviembre, cuando tendrán lugar unas elecciones presidenciales que pondrán fin a una campaña que se recordará por la acidez de los ataques entre los aspirantes a candidatos y entre los dos bandos en pugna.

Cuatro décadas en política

Aunque muchos la colocan tras la estela de su esposo Bill, Hillary Clinton ha estado involucrada en los principales sucesos políticos de Estados Unidos en los últimos cuarenta años.

Fue abogada en el equipo legal que defenestró a Nixón; como Primera Dama impulsó una reforma sanitaria, y desde la secretaría de Estado dio un nuevo rumbo a la diplomacia norteamericana.

Ni siquiera la infidelidad de su marido o sus errores como funcionaria han mellado la imagen de la Clinton, a quien muchos consideran como la persona más preparada para asumir la presidencia desde Jonh F. Kennedy.

Pero no hay que olvidar que la ahora flamante candidata demócrata también respaldó la llamada Ley Patriótica, que limitó las libertades individuales, y apoyó las invasiones a Afganistán e Iraq, actitudes que hacen preguntarse si no viene otro halcón disfrazado de paloma.

 

Etiquetas: