El presidente de Francia, Emmanuel Macron, firmó la promulgación de la polémica reforma ferroviaria, plan gubernamental rechazado por el gremio que provocó una huelga intensiva de tres meses.
Pese a la oposición de los trabajadores de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles, el Ejecutivo galo siguió adelante con su plan y tras obtener el respaldo de la Asamblea Nacional y el Senado, oficializó la reforma con vistas a una inmediata aplicación.
El mandatario defendió la necesidad de llevar a cabo el proyecto, alegando que la Sociedad Nacional de Ferrocarriles necesita modernizarse para estar a tono con el contexto actual.
Por tal razón, argumentó, la transformación se sostiene en puntos esenciales como la apertura del sector a la competencia y la conversión de la empresa en sociedad anónima de capital público, lo cual garantizará su revitalización, según el jefe de Estado.