Granma, Cuba. – Tras la derrota en Alegría de Pío, los expedicionarios del yate Granma se dispersaron: unos marcharon hacia la Sierra Maestra, otros a zonas de Niquero, Media Luna y Campechuela.
El historiador Aldo Daniel Naranjo confirmó que el Ejército batistiano asesinó a 21 combatientes y capturó a 21; 17 jóvenes evadieron el cerco enemigo; dijo que con Fidel Castro quedaron dos revolucionarios, con el capitán Juan Almeida, ocho y con el capitán Raúl Castro, cinco.
Al revés niquereño siguieron días angustiosos, pero la red clandestina de apoyo preparada por Frank País y Celia Sánchez funcionó eficazmente, apuntó el soldado René Rodríguez Cruz.
Entre los discretos campesinos figuraron Guillermo García, Crescencio, Mongo, Severo, Omar y Primitivo Pérez, Manuel Acuna y Hermes Cordero, como entes principales para las labores de seguridad y abastecimiento.
Unidos y hacia el lomerío
Una vez reencontrados en la finca medialunera El Salvador, después nombrada Cinco Palmas, la inexperta tropa planificó su marcha hacia lo más intrincado de la Sierra Maestra.
El investigador Pedro Álvarez Tabío señaló que a la espera de Mongo Pérez, a quien se le había ordenado llegar a Manzanillo y Santiago de Cuba e informar que el pequeño núcleo iría hacia el lomerío, el contingente cambio tres veces de campamento.
Enumeró un cañaveral, un cafetal rodeado por un arroyo y la falda de la loma de La Nigua; El teniente Che Guevara, acucioso cronista, afirmó que con Mongo llegaron noticias de Frank, Celia y Vilma, y vituallas, medicinas y dinero.
Además, Fidel recibió a otros colaboradores con quienes acordó tramitar en breve el envío de refuerzos de hombres y armas, la realización de sabotajes, quema de caña y la futura huelga general revolucionaria.