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Carlos del Porto Blanco

El Museo de Artes Decorativas de La Habana expone en una de sus salas una hermosa muestra de piezas del art decó, es una buena opción para visitar a esa institución.

No tengas nada en tu hogar que no tenga un uso o que no creas que es bello». William Morris.

Según las notas elaboradas por el especialista del museo, Manuel Alejandro Landín García, el art decó se caracterizó por su estética geométrica, su fascinación por la velocidad y su celebración del lujo. Entre los materiales utilizados, fundamentalmente, en la escultura se encontraba el bronce. Su ductilidad permite capturar detalles intrincados y formas aerodinámicas, reflejando la obsesión de la época con el movimiento y el progreso tecnológico. La técnica de la cera pérdida garantizaba precisión en los volúmenes estilizados, mientras que las superficies pulidas evocaban la maquinaria industrial y el glamour de esos años.

El mármol, un material utilizado desde tiempos inmemoriales, encontró su lugar en el estilo como símbolo de permanencia y elegancia clásica. Se utilizó principalmente en bases escultóricas, realzando la distinción de las figuras que sostenía. Otros materiales que cobraron auge en esa ápoca fueron el ónix, la serpentina, el mármol belga y el alabastro.

La representación del cuerpo humano en ese periodo se estilizó hasta convertirse en un ícono de perfección geométrica. Las figuras se representaban con proporciones alargadas, músculos definidos pero simplificados, y superficies lisas que evocaban la aerodinámica de automóviles y aviones, los símbolos del momento.

Los artistas del art decó fueron capaces de capturar a las figuras en acción usando líneas diagonales y composiciones piramidales para transmitir energía. El bronce, pulido hasta reflejar la luz, acentuaba la sensación de velocidad. El cuerpo se despojó de detalles realistas en favor de volúmenes abstractos, como torsos cilíndricos o extremidades tubulares, que recordaban piezas de ingeniería. Un detalle interesante está relacionado con las figuras femeninas, que mostraban rasgos ambiguos como el cabello corto, cuerpos esbeltos y posturas audaces, reflejando la emancipación de la mujer en los años veinte.

Los animales pasaron de los decorativo, fue un vehículo para expresar ideas sobre el poder, lo salvaje y lo exótico. Los animales, reales o mitológicos, se representaban con la misma estilización geométrica que las figuras humanas, creando un lenguaje visual cohesionado. Gacelas, panteras. Garzas, caballo y galgos fueron motivos recurrentes. Las esculturas inspiradas en cazadores o domadores reflejaban la idea de controle sobre lo salvaje, la civilización vence a la barbarie.

Si esta de paso por el Vedado, acérquese a la esquina de la avenida 17 y E, par que aprecie estas piezas que esperan por usted.

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