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La Habana, Cuba. – La Educación Superior inició el actual curso académico con muchos retos, entre ellos continuar su perfeccionamiento acorde con la realidad del país y el entorno internacional.

Quizás la más urgente es propiciar que el estudiante se vincule a un trabajo remunerado dentro de los propios marcos laborales donde se desempeñará una vez graduado. Experiencias positivas en este sentido ya se perfilan en organismos como los ministerios de Educación, Energía y Minas, Salud Pública y Justicia.

No es un secreto que muchos estudiantes universitarios ante la compleja situación económica del país buscan diversos empleos que les permitan tener un apoyo para terminar sus carreras.

Si estas labores les permiten llevar a la práctica los conocimientos que están adquiriendo en las aulas, más allá de un mayor desenvolvimiento económico, serán experiencias a futuro para tener una mejor formación una vez graduados.

Universidad atemperada a su tiempo

Otro de los retos de la Educación Superior cubana es que algunos jóvenes no logran terminar la carrera y esos años de estudios se convierten en tiempo perdido.

La propuesta es reconocer esos saberes y darles la oportunidad de obtener un título de Técnico Medio Superior.

También, según revelaron autoridades del sector, se revisarán las carreras que se ofertan, que hoy suman 113, pues algunas tienen matrículas pequeñas y podría conformarse un tronco común con salidas diferentes que respondan a las necesidades del país.

Y por supuesto, ante las dificultades económicas, incentivar la formación híbrida a través de un programa de estudios flexible que permita al estudiante recibir los conocimientos de manera presencial, semipresencial y a distancia, experiencia que admite mantener la formación de profesionales ante cualquier situación que pueda ocurrir en el país.