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La Habana, Cuba. – Considerado el más grande pintor del expresionismo abstracto, la obra del norteamericano Jackson Pollock es centro de debates; unos la apoyan como la mejor pintura de su época y la culminación de la tradición occidental.

Otros la califican de explosiones desorganizadas de energía aleatoria y carente de sentido, de que no es arte sino broma de mal gusto o que llena el espacio sin fin porque no tiene principio ni fin.

Y hay quienes sostienen que su expresionismo abstracto es empleado para colocar a Estados Unidos a la vanguardia del arte global y devaluar el realismo socialista, y que el pintor se convirtió en un arma de la Guerra Fría.

Jackson Pollock murió el 11 de agosto de 1956 en Nueva York, al estrellarse su auto mientras conducía ebrio; también falleció Edith Metzger, amiga de Ruth Kligman, la amante que sobrevivió.

Jack el goteador

Jackson Pollock, cumbre del expresionismo abstracto, básicamente desarrolló la técnica del dripping o goteo, de ahí el sobrenombre de Jack el Goteador.

En obras de gran tamaño vertía los colores sobre el lienzo con métodos que los expertos califican de espontáneos; para realizar esa pintura de acción, colocaba las telas en el suelo o contra la pared, en lugar de caballetes.

El líquido caía en goteo desde el bote y empleaba para conformar imágenes cuchillos, paletas o palos; explicó su arte como movimiento hecho visible, recuerdos detenidos en el espacio, y decía que la pintura tiene vida propia e intentaba dejarla traslucir.

Jackson Pollock sustituyó los títulos de sus lienzos por números para identificarlos, de manera que se expusieran neutrales, sin ideas preconcebidas sobre el contenido, y sugirió que se observaran e intentara captar lo que ellos ofrecían.