La Habana, Cuba. – ¡Vacaciones! ¡Vacaciones! Ya se acabaron las clases, y a medida que los niños empiezan a levantarse, un mandato como un eco van repitiendo los padres: “¡En la casa no los quiero! ¡A alborotar a la calle!”
Y allá salen los muchachos en desbandada salvaje, a corretear dando gritos, a dar gritos donde nadie les impone disciplina ni nadie logra atajarles. Bajan por las escaleras como un tropel de elefantes, van destrozando jardines, arrasando con los parques, destruyendo las aceras, amenazando cristales…
Si el vecindario se queja del ruidoso tropelaje, dirán los padres: “Los niños para escandalosos nacen, y al que le moleste el ruido, que las guatacas se tape”.
Los vecinos ahora ruegan que julio y agosto pasen, para que antes de septiembre no se les seque el aguante.