La Habana, Cuba. – Uno de los más cardinales movimientos pedagógicos contemporáneos en la educación infantil inició la italiana María Montessori cuando el 6 de enero de 1907, abrió la primera Casa del Niño en el desfavorecido barrio romano de San Lorenzo.

La guardería fue una revolución pedagógica, pues siguiendo su método, los niños debían educarse en ambientes que les aportaran autonomía, independencia, iniciativa, capacidad de elegir, desarrollo de la voluntad y autodisciplina.

Para la pedagoga, el propósito no estaba en crear genios, sino personas con oportunidades para desarrollar sus capacidades individuales y colectivas, y ayudarlas a ser seres más humanos, más equilibrados e independientes.

María Montessori defendió a un maestro meticuloso, observador y altamente creativo, que sirviera de modelo a los alumnos en un aula donde imperara el respeto por los demás.

La Montessori

Médico y pedagoga fue María Montessori, nacida en Chiaravalle de Ancona, Italia, el 31 de agosto de 1870 y durante sus largos años de vida se dedicó a defender la libertad de la infancia.

Esta científica fue la primera mujer con grado de Doctora en Medicina en Italia y, especializada en Neurología, estudió también Antropología, Filosofía y Psicología.

Por sus ideas, abandonó la Italia fascista y vivió en España, Holanda e India, donde impulsó programas de formación docente; la experiencia bélica la inclinó por una educación como vía para construir la paz y nominada tres veces al Premio Nobel en esa categoría, no lo alcanzó.

María Montessori falleció el 6 de mayo de 1952 en su casa de Holanda; en su tumba se lee: Ruego a los niños todopoderosos que se unan a mí para construir la paz del hombre y la paz del mundo.