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La Habana, Cuba. – Baste decir que es el único actor distinguido con los premios nacionales que se confieren en Cuba en Teatro, Cine y Televisión. Tal fue el itinerario artístico de Mario Balmaseda, fallecido este sábado en La Habana a los 81 años.

Ciertamente, es apenas una retirada física de la escena y los sets, porque perdurará la huella de su versatilidad con personajes que hizo inolvidables.

Fundó y dirigió el Teatro Político Bertold Brecht, y aún se recuerda su caracterización de Lenin en la obra El carrillón del Kremlin.

Fue Andoba, un clásico del teatro cubana; el General Antonio Maceo en la película Baraguá y el sensible Reinier de la serie En silencio ha tenido que ser, un hito de la televisión cubana.

Como actor y director, Mario Balmaseda nos deja una larga y polifacética trayectoria artística, su talento y su apego a Cuba, que lo despide con prolongados aplausos.