Hace hoy 60 años el Gobierno Revolucionario de Cuba nombró a Raúl Roa García al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo que desempeñó hasta 1976.

El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, depositó toda su confianza en aquel intelectual de profundo pensamiento marxista y martiano, para que representara la política exterior -independiente y soberana- de un país en efervescencia transformadora.

Raúl Roa, nieto de mambí, libró cruciales batallas en escenarios internacionales como voz de Cuba, de su pueblo crecido ante amenazas y agresiones de todo tipo para tratar de truncar su camino.

En la solemnidad del recinto de la ONU, o en reuniones de la desacreditada OEA -que él llamó ministerio de colonias yanquis- defendió ardorosamente las verdades de Cuba revolucionaria frente a la hostilidad de Estados Unidos y sus acólitos.

Soldado de una noble causa

Memorables fueron los debates en el seno de la ONU en los días de la agresión mercenaria a Cuba por Playa Girón, con el respaldo de Estados Unidos, y cómo brilló desde aquella tribuna el verbo encendido, contundente, inigualable, de Raúl Roa.

Él se sintió soldado de la noble causa en el frente de batalla de las relaciones internacionales, y estremeció al auditorio cuando pronunció allí la frase de !Patria o Muerte, Venceremos! con que Fidel definió el sentir del pueblo en defensa de su Patria.

Físicamente menudo, pero de puro temperamento, Roa fue un hombre muy culto, antidogmático y polemista respetado.

Alguien -después de una de sus tantas batallas diplomáticas- lo llamó Canciller de la Dignidad. Y por ese apelativo será recordado siempre el padre de la diplomacia revolucionaria cubana, que ayudó a forjar para servir a la causa de Cuba y su proyección internacional.