La amistad es una concha que el cieno marino mece, donde se cuece una perla que mágicamente crece de un solo grano de arena y en estupor se convierte.

Entre cientos de internautas que fiel amistad prometen, un amigo verdadero aparece raramente.

No te confíes, muchacho, de lo que Internet te ofrece: el amor que necesitas, la amistad que te conviene, en la distancia inalámbrica se encuentra muy pocas veces.

Para que crezca lozana, la buena amistad requiere compañía, trato asiduo, compartimiento perenne de las penas y alegrías, de abundancias y escaseces.

Cuídate de estafadores que van a la red de redes para arrojar sus anzuelos a ver si atrapan un peje al que sacarle las tripas, los ahorros y los bienes, donde sobran pescadores pero no abundan los peces.

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