Los que tuvimos el privilegio de contemplar el hermoso y gigantesco desfile este Día Internacional de los Trabajadores en Cuba fuimos testigos de un mar de pueblo soberano y firme.

La masiva marcha llevaba consignas alegóricas a los trabajadores de distintas ramas: industriales, tecnólogos, médicos, milicianos, estudiantes, campesinos, científicos, maestros, todos felices y con retratos de Martí y Fidel.

Cada centro laboral con emblemas identitarios de la labor que desempeñan sus trabajadores. También banderas del 26 de Julio y de Céspedes.

Amigos de más de 100 países estuvieron en la Plaza, unos marchando, otros como invitados, fotógrafos y reporteros, lo que significó un respaldo sincero a la Revolución cubana.

Pero eran recurrentes los retratos de Martí y Fidel como símbolos indestructibles de un pueblo forjado en sus ideales.