El niño de 13 años que cayó víctima de un balazo en la cabeza durante la manifestación convocada para sepultar las cenizas de Julio Antonio Mella, se llamaba Francisco González Cueto, y le decían Paquito.
Ocurrió el 29 de septiembre, a poco más de un mes de la caída del dictador Gerardo Machado, en 1933. Paquito era miembro de la Liga de Pioneros de Cuba, y mostró entusiasmo y entereza de carácter.
A su madre, Paquito le dijo antes de salir: Mella ha muerto por la Revolución, y mi deber es ir a su entierro. Por la calle Reina, en La Habana avanzaba el cortejo fúnebre. Los soldados salieron a reprimir.
Uno de los primeros en caer fue Paquito, el primer pionero mártir de Cuba. Su muerte conmovió a todos, porque si un niño ofrendaba su vida por defender los ideales de Mella, ¿qué otra cosa podían hacer los cubanos y cubanos sino proseguir la lucha hasta la victoria?