Por: Oscar Ferrer

La lucha por la libertad de Cuba y Puerto Rico estuvo presente en el ideario de dos grandes patriotas: José Martí y el boricua Ramón Emeterio Betances, quien a los 23 años juró trabajar hasta la muerte contra el despotismo español y a favor de la independencia de ambos países.

Involucrado en la Revolución de 1848 que implantó la Segunda República Francesa, Betances es conocido como Padre de la Patria puertorriqueña y Médico de los Pobres.

Fallecido en el exilio en París, hace 120 años, fue un revolucionario antiimperialista que Martí admiró y respetó, seguro de que la causa cubana podía contar con la ayuda de un hombre que alertó más de una vez contra el peligro de la injerencia estadounidense en Puerto Rico y Cuba.

Nacido en abril de 1827, en el pueblo de Cabo Rojo, Ramón Emeterio Betances predicó, además, por la igualdad racial.

Una misma causa

Después de graduarse de médico en Francia, Ramón Emeterio Betances regresó a Puerto Rico, donde se opuso a la esclavitud y fundó un hospital y una sociedad secreta abolicionista.

Dos veces fue expulsado de su país por las autoridades de España. En Nueva York creó, en 1867, el Comité Revolucionario de Puerto Rico.

Un año después, desde el exilio, organizó y dirigió un movimiento armado contra el colonialismo en suelo boricua, conocido como Grito de Lares y derrotado por los hispanos.

Fue autor del proyecto de la Confederación Antillana, que consistía en la unión de Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico, y que fue el más avanzado plan revolucionario del área.

Abogó por la libertad de los haitianos y denunció tanto a los Estados Unidos como a España, al repudiar los apetitos coloniales de Washington y de Madrid. Para Betances la causa de Puerto Rico era la de Cuba.