Por: Lázaro Silva Ochandía

Por pequeños, medianos o grandes que sean los patios de las casas deberían estar llenos de plantas y flores para agradar el entorno y darnos el placer de admirar esa vegetación.

De esa forma declaran no solo quienes están rodeados de matas, también los expertos señalan la necesidad de vivir en armonía con la Naturaleza y dentro de esa variedad debe existir un lugar para las plantas medicinales, de ahí que son muchos los especialistas quienes destaca el papel vital que juega para el país la Medicina Natural en el tratamiento de múltiples afecciones.

Emplear las plantas condimentosas y otras para uso medicinal es una práctica universal muy antigua, que llegó hasta nuestros días transmitida de generación en generación y que hoy se conoce como cultura popular naturalista.

La caléndula

Esta planta que se conoce también por el nombre de Mercadela, mide entre 30 y 60 centímetros de altura, tiene hojas simples, alternas, flores de diversos tonos de amarillo y naranja, frutos arqueados y en el dorso pequeñas espinas.

Originaria del Mediterráneo se cree llegó a nuestro país desde Egipto naturalizándose rápidamente. Tanto sus extractos como las tinturas a partir de las flores poseen acción antiinflamatoria, sirve como antiséptico, en úlceras gástricas y es cicatrizante.

Frecuente con la planta de Caléndula es hacer emplastos con sus tallos y hojas para uso desinfectante y en tópicos puede beneficiar la irritación ocular.

De esa forma se ratifican las expresiones del Doctor Juan Tomás Roig, de que en la flora cubana hay un gran caudal de riquezas.