Fidel fue un constante impulsor de la ciencia y la medicina

La Habana, Cuba. – Al conmemorase el primer aniversario del fallecimiento de Fidel son muchas las formas de homenajearlo que nos vienen a la mente.

Una de ellas es tener siempre presente la vigencia de su pensamiento y su confianza en la humanidad para lograr disímiles objetivos por muy descabellados que pudieron parecer.

En los albores de la Revolución, Fidel dijo: Nuestro país tiene que ser necesariamente un país de hombres de ciencia. Tal vez los incrédulos lo tildaron de utópico, máxime porque hablaba de un pequeño país ultrajado hasta los tuétanos por un poderoso vecino imperial.

Tocaba entonces reconstruir, salir a flote, sobrevivir, y encima de eso, también, hacerse de un nombre en la rama científica. Para los escépticos era demasiado. Pero ahí estuvo el tiempo, con su perfecta paciencia para revertir opiniones erróneas y demostrar una vez más, la certera visión futurista de Fidel.

Y Cuba lo logró

El llamado de Fidel para convertir a Cuba en un país de hombres de ciencia encontró su cúspide en la rama de la salud.

A pesar de mucho, Cuba logró un consistente desarrollo científico. En ese sentido sobresalen medicamentos como el Heberprot-P y más de 40 mil cooperantes en 67 naciones.

También existen instituciones como el Centro de Inmunología Molecular y el de Restauración Neurológica, que más allá de ser la médula de la ciencia doméstica, nada envidian al más encumbrado de los centros foráneos ni en equipamientos ni mucho menos en calidad humana.

Lo primero, porque Cuba se las agencia para priorizar ese sector; y lo segundo, porque la ciencia revolucionaria ostenta un sólido prestigio como respuesta al llamado de Fidel. Así, a un año de su ausencia física, también constituye homenaje ser perseverantes en bien de la humanidad.