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Edición multimedia: Ramón Rodríguez

La vida de Nelson Barrera este domingo 27 de enero dio un giro inesperado. En solo unos minutos su casa se redujo a escombros. Fue él junto a su esposa e hija de 8 años una de las tantas familias dañadas por la furia de la naturaleza, que esta vez se desató sobre los municipios habaneros de Regla, Guanabacoa, Diez de Octubre, San Miguel del Padrón y Habana del Este.

Pero ante el dolor, este hombre no agacha la cabeza, y saca fuerzas para emprender el camino de la recuperación. “La ayuda de los vecinos ha sido incondicional desde el primer día, nos han acogido y proporcionado techo y alimentos”, comentó a Radio Reloj.

Nelson Barrera reconoció el apoyo de todos, desde las autoridades de Regla hasta esas personas que comparten almuerzos, agua fría, ropas o cualquier otro aporte que esté a su alcance. “Seguiremos guapeando porque así somos los cubanos, hoy nos caemos y mañana nos levantamos”, expresó con la esperanza reflejada en sus ojos.

Justo en frente, un espacio indica que antes hubo un hogar allí. Ivón Cheniques cuenta que fue a cerrar la ventana porque había mucho viento y de pronto se quedó sin nada. Con el ajetreo de la recuperación ella continúa recogiendo sus escasas pertenencias, con el afán de volver a la cotidianidad lo más pronto posible.

Rodolfo Paz, Samuel Pérez y Jorge Luis Hernández, trabajadores de la Empresa Nacional de Astilleros, no solo cumplen su encomienda de picar hierros y recoger escombros. Ahora son como parte del barrio, comparten su almuerzo con los vecinos, mientras el agua fría es un alivio en medio de la faena. “Al final todos somos cubanos, pertenecemos al mismo lugar”, dijo Rodolfo con una sonrisa de satisfacción por el deber cumplido.

En las calles de los lugares más afectados de Regla se aprecian las labores de linieros, personal de ETECSA y de la gastronomía, quienes inician desde los primeros rayos del sol hasta bien entrada la noche por devolver el ritmo habitual a la comunidad.

“Con solo dos meses como Jefe de Brigada, enfrento el reto de restablecer el servicio eléctrico en el menor plazo posible, desde la línea primaria hasta los circuitos ramales, secundarios y las acometidas,” declaró Eduardo Aróstica.

“Estamos desde las 7 de la mañana haciendo todo lo posible por restaurar las comunicaciones. Desde el día siguiente del desastre comenzamos la recuperación de los postes y cables, el trabajo solo se acaba cuando llega la noche”, confirmó Alexis Faz, trabajador de ETECSA.

Brigadas de otras provincias como Cienfuegos, Pinar del Río, Sancti Spíritus y Mayabeque colaboran también en el empeño de acelerar el proceso de recuperación de las telecomunicaciones.

La alimentación es otra de las prioridades, por ello se ofertan panes, dulces, caldoza y cajitas de comida, estas últimas a 5 pesos en CUP, como nos informa Ismael García, administrador de Gastronomía en ese municipio.

La solidaridad se abre paso

Con la voluntad que caracteriza a los jóvenes, estos llegan hasta las familias más necesitadas tras el paso del tornado por La Habana. Ofrecen respaldo solidario, sus brazos fuertes y contagian de esperanza a quienes lo perdieron todo, o casi todo, en un instante.

La Universidad de La Habana, por ejemplo, está con sus estudiantes junto al pueblo, repartiendo donaciones, recogiendo escombros y llevando un poco de luz a esos hogares hoy apagados.

En Diez de Octubre, Rodolfo Castillo, quien perdió el techo de gran parte de su vivienda y sin amilanarse busca opciones junto a su abuela y amigos para seguir adelante, reconoció que nunca ha estado solo. “El acompañamiento de autoridades, universitarios, compañeros de trabajo y vecinos es fuente de energía en estos días de tristezas”, destacó.

La Jefa de la Oficina de Trámites de la Vivienda en La Lisa, Juana María Cebreiro, nos explicó que de conjunto con compañeros de otros municipios apoyan en el levantamiento de las afectaciones en los interiores de los inmuebles. “Una vez evaluados los daños, se definirán las posibles vía de solución”, señaló.

Otra muestra de humanismo se evidencia en los trabajadores sociales, como María Elena Álvarez, que desde el lunes reparten de forma gratuita almuerzo, merienda y comida a los damnificados del territorio.

El fenómeno meteorológico dejó a su paso destrucción y dolor. A la vez, hizo florecer el sentimiento de solidaridad que late en cada cubano. #FuerzaHabana y #FuerzaCuba son etiquetas que aparecen constantemente desde distintas latitudes transmitiendo un mensaje de amor, aliento y empuje para hacer por la capital el mayor esfuerzo.