La Habana, Cuba. – Desde que se anunció el aumento salarial al sector presupuestado mucho se habla sobre la necesidad de topar los precios de algunos productos. Esa es una medida que puede funcionar mejor sobre las empresas estatales, pero que es más complicada a la hora de aplicarla en el sector privado.

Y es que controlar el mercado, que se sabe que es ciego, siempre es un asunto espinoso cuando se hace mediante herramientas administrativas. Por eso, habría que centrarse más en el otro aspecto de esta batalla por la sanidad financiera del país que es el crecimiento de la producción y los servicios para tener donde gastar la enorme masa monetaria puesta en circulación.

Esos 7 mil 500 millones de pesos necesitan de un mercado donde realizarse como medio de cambio, más allá de que sean depósito de valor y unidad de cuenta.

Mucho en juego

Hace apenas unos días, la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños, llamó a identificar objetivamente las reservas económicas que no solo generen mayores producciones, sino también ofertas de servicios.

Está claro que a pesar de los precios topados, es ese incremento productivo lo que puede hacer realidad la aumentada capacidad adquisitiva de una parte de la población.

Nos ronda el fantasma inflacionario si las cosas se van de cauce y estamos en un punto en que el país se juega mucho de cara al futuro, cuando de seguro vendrán otras medidas que no solo buscan hacer más eficiente nuestra economía, sino mejorar la calidad de vida de todos.

Ahora hay que crear condiciones para gastar el salario acrecentado y dejar de preguntarnos… ¿y la producción y los servicios pa’  cuándo?