El carnaval tiene alto poder de convocatoria en toda Cuba

La Habana, Cuba. – Ahora que las vacaciones están a punto de concluir y terminaron los carnavales de la capital cubana, vuelve a nacer el viejo debate sobre el lustre de esas festividades.

Los nacidos en el Oriente aseguran que los de Santiago son los mejores carnavales de Cuba, mientras que los habaneros afirman que los suyos son los más grandes. Al final, todo es un asunto de gusto, porque ambas fiestas tienen una esencia diferente que está directamente vinculada con la participación popular. 

No hay dudas de que los santiagueros, congueros sempiternos, aprovechan la ocasión para irse detrás de sus congas favoritas, ya sea la de Los Hoyos o la de San Agustín. Sin embargo, nada de eso se ve en La Habana, donde la fiesta es más fastuosa, pero se limita al paseo de carrozas y comparsas por el Malecón, convertido en una especie de pasarela carnavalesca.

Diversión dondequiera

Para gusto se han hecho los colores, por eso cada carnaval tiene su encanto, sus seguidores y también sus detractores.

Lo cierto es que el cubano, guarachero por naturaleza, se divierte dondequiera que esté, ya sea en Santiago de Cuba o en La Habana, las ciudades que se disputan la prevalencia nacional de esas fiestas.

La esencia de esas festividades, en las que se incluyen también las Parrandas, es la diversión popular, que tiene matices muy distintos en cada punto de la geografía cubana, pero que se emparentan en la lúdica masividad.

Cada año, muchos se enfrascan en la discusión sobre cuál es el mejor de los carnavales, pero más allá de ese añejo debate lo más importante es la conservación de las tradiciones, porque siempre los cubanos nos vamos a divertir, estemos donde estemos, en La Habana o en Santiago de Cuba.