Bush mantiene compromiso con los mercenarios de Playa Girón

La Habana, Cuba. – Con desfachatez el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump reconoció ante la televisión que la prohibición de viajes a Cuba de los cruceros fue para complacer a la contrarrevolución cubana de Miami.

No sé si eso es bueno o malo a nivel político. La gente de Miami me entregó el premio Bahía de Cochinos antes de las elecciones porque les gusta como manejo el tema de Cuba afirmó el republicano, confirmando lo que ya se sabía que su política hacia la Isla pasa por las presiones y las maniobras de quienes por cerca de 60 años han convertido la política contra La Habana en moneda de cambio para sus aspiraciones y el llenado de sus bolsillos.

Cómo es posible que una nación como Estados Unidos tenga un presidente que prefiere complacer a un grupo de mafiosos de Miami y afecta los intereses de compañías de su propio país y peor aún, viola el derecho de sus ciudadanos a viajar libremente.

Trump a la caza de votos

Aspirante a seguir por cuatro años más en la Casa Blanca, Donald Trump transita el mismo camino de sus antecesores con el tema Cuba.

En busca de votos de la comunidad cubana en Miami, no repara en aplicar medidas contra la Isla siguiendo los patrones dictados por el sector más duro y recalcitrante de la contrarrevolución, la que lo galardonó con el premio Bahía de Cochinos, un símbolo de la derrota de ese sector en las arenas de Playa Girón.

Atado a los designios de ese segmento poblacional, Trump olvida que la comunidad cubana en la Florida no es la misma de los años 60 y que hoy existe un mayor consenso en mantener mejores vínculos con Cuba, algo que puede pasarle factura en las urnas y hacer realidad aquello de «fue por lana y salió trasquilado», lo mismo que le sucedió a los mercenarios derrotados por el pueblo cubano en el sitio que identifica al premio entregado a Trump .