ALBA-TCP se reune en La Habana

La Habana, Cuba. – Por encima de escollos políticos y económicos, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América sigue siendo el modelo más justo de integración regional.

Desde que Fidel y Chávez pusieran en marcha ese proyecto, un día como hoy de diciembre de 2004, el ALBA pasó a ser un mecanismo singular en la historia latinoamericana, pues por primera vez esta región fue convocada a la unidad, pero desde la complementariedad.

Esa idea es la puesta en práctica del sueño unitario de Bolívar en medio de las aguas oscuras de un neoliberalismo rampante que navega sobre el tsunami de conservadurismo político que amenaza a Latinoamérica.

Pero a pesar de los pesares, el ALBA se mantiene y ha logrado reforzar una red de cooperación entre los 10 países miembros, aglutinados alrededor del núcleo fundacional formado por Cuba y Venezuela.

Integración regional

La profundización de los vínculos económicos entre Cuba y Venezuela fue el estado de gravidez que más tarde parió al proyecto fidelista y chavista del ALBA.

Ese inusual modelo integracionista llevó a muchos países la Misión Milagro, que devolvió la vista a millones de personas; la campaña educativa Yo, si puedo, que sacó del analfabetismo también a millones, o el proyecto ALBA Cultural, que defiende las raíces más profundas de la región.

En lo económico, PetroCaribe se ha convertido en una tabla de salvación para muchos pequeños estados que aún reciben el necesario combustible desde Venezuela.

Esas son solo algunas pinceladas del desempeño de la Alianza, que además tiene un alto componente de concertación política entre sus miembros, sabedores de que a pesar de estos tiempos de oscuridad, siempre llega el ALBA.