La Habana, Cuba. – Si la Amazonia, la mayor floresta del mundo, siempre fue un objeto preciado desde el punto de vista ecológico, hoy, envuelta en llamas y cercada por los más variados intereses, resulta una suerte de pivote vital urgido de ser tratado con pinzas.

Así, las terribles noticias sobre la devastación por numerosos incendios del también llamado “pulmón del planeta” están por estos días al alcance de todos los interesados, y afectan en primera instancia a las ocho naciones sudamericanas que  se reparten la trascendental geografía.

Pero el asunto inevitablemente adquiere dimensiones globales a cuenta del significado de la Amazonia para la humanidad por sus cruciales aportes de oxígeno a la atmósfera, con más razón en tiempos de destrucción medioambiental acelerada.

De todas formas se trata de un tema recurrente.

Intereses encontrados

Respecto a la Amazonia, lo  cierto es que mientras unos en el mundo se han movilizado en defensa de su biodiversidad y contra a su depredación para evitar la extensión de los poderes hegemonistas en la impenetrable selva, otros solo tienen el  propósito de saquear y controlar tan preciado escenario.

Ya en las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo, por ejemplo, y en alianza con los regímenes militares que se sucedieron entonces en Brasil, Washington ejecutó un pormenorizado levantamiento fotográfico aéreo de la Amazonia.

Los resultados todavía se guardan celosamente en los correspondientes archivos estadounidenses. Hasta ahora, ni una sola nota trasciende a las autoridades oficiales del gigante sudamericano.