La Habana, Cuba. – Perdidos entre la amenaza ultraderechista en las elecciones brasileñas y los rollos sucios de la administración Donald Trump, han pasado medio escondidos los intentos de frenar la corrupción en Perú.
El presidente Martín Vizcarra sorprendió a todos desde que a mediados de agosto lanzó un llamado a la ciudadanía para que le respaldara en su lucha contra los corruptos.
Vizcarra era vicepresidente, un cargo solo formal y sin poder real, hasta que el mandatario Pedro Pablo Kuczynski tuvo que renunciar en marzo último, implicado en una serie de escándalos de corrupción administrativa.
Y ese mal, que ya parece endémico, marca a una sociedad donde los últimos cinco presidentes, de una u otra forma, han estado involucrados en procesos de corrupción que han terminado con renuncias, causas judiciales y hasta algunos tras las rejas.
Una reforma constitucional
Desde la Casa de Pizarro, sede del gobierno peruano, Vizcarra afirmó en una reciente entrevista que corregir a las instituciones es una necesidad del país.
Hay una alianza entre los corruptos que quisieran mantener la situación como está y nosotros vamos a trabajar frontalmente para cambiar esa situación, aseveró el gobernante.
Para reafirmar su intención, convocó a un referéndum, el 9 de diciembre, que busca ratificar las cuatro reformas constitucionales promovidas por su Ejecutivo.
Martín Vizcarra sobre referéndum: «En 2 meses los ciudadanos definirán con su voto» https://t.co/ORhYKiOgS3 pic.twitter.com/hPvOv51OOd
— Política LRepública (@Politica_LR) 8 de octubre de 2018
Esos cambios a la Carta Magna peruana, que deben ser aprobados por la ciudadanía, tratan de llevar a cabo una reforma política y judicial que permita combatir la corrupción.
Esa es una intención que ninguno de los mandatarios anteriores habían acometido y solo ahora es que se pretende limpiar de corruptos el reino de los Incas.